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"Los problemas más comunes que surgen en el sistema digestivo son de origen funcional y, por lo general, están asociados con los malos hábitos alimentarios y el estrés. Existen otras causas menos frecuentes, como los problemas estructurales, que vienen de una condición específica de los órganos del cuerpo. Todos los tratamientos que se pretendan implementar deberán hacerse de acuerdo con la naturaleza del problema.” Según el Director Científico y Médico de LABFARVE y Profesor Titular e Investigador de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Óscar López.
¿Qué es el Sistema Digestivo?
Es un conjunto de estructuras que van desde los labios hasta el recto y que incluyen la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso; así como otros órganos que están anexos y que son también fundamentales en los procesos digestivos, como el hígado, el páncreas y las glándulas salivales. El funcionamiento adecuado de todos estos componentes es muy importante para el proceso de degradación de alimentos. Por ejemplo, si la persona no puede masticar bien, porque tiene problemas en su dentadura, el deficiente proceso hace que cuando el alimento llegue a los demás órganos, éstos deban trabajar en exceso o no consigan el total cumplimiento de la digestión, ocasionando problemas.
¿En qué casos surgen más problemas?
En términos generales, por la influencia hormonal, por ejemplo, la mujer tiende a sufrir más inconvenientes de estreñimiento y de reflujo que el hombre. No obstante, parece ser que en los problemas de estrés ellos tienden a afectarse más.
Por otro lado, como consecuencia del desgaste natural del cuerpo, las personas mayores tienen más predisposición a padecer problemas digestivos. Sin embargo, esto no quiere decir que los jóvenes no se enfermen o que no deban cuidarse. Cada persona tiene su propio riesgo de acuerdo con su edad. El tipo de alimentación puede marcar la pauta para una vida sana o para crear el escenario perfecto que origine enfermedades digestivas a corto o largo plazo.
Las personas emocionalmente sensibles pueden tener problemas digestivos o agudizar su condición por esta causa. Por ejemplo, el estrés puede producir trastornos del ritmo o del hábito intestinal, gastritis y dificultades en la digestión.
Tratamiento
Los problemas digestivos que no revisten gravedad y que son más comunes, pueden ser tratados adecuadamente con fármacos de obtención natural. Existe un sinnúmero de especies vegetales con grandes efectos sobre la funcionalidad digestiva, que hacen de esta terapéutica una herramienta invaluable para la gran mayoría de casos que acuden a consulta. Así, por ejemplo, las hojas del tomate ofrecen grandes beneficios en los problemas inflamatorios de la boca; la caléndula en los que se refieren a la parte gástrica e intestinal y la yerbamora en los que se presentan en el recto. La hierbabuena, la alcachofa y el orégano son de gran ayuda en los trastornos de la digestión, mientras que el saúco y la sábila resultan de gran beneficio para los del tránsito intestinal.
Recomendaciones
Lo más importante es saber que la automedicación es un inconveniente y que en los problemas digestivos esto puede causar que la condición empeore o se complique.
A pesar de que existen especies vegetales que ofrecen grandes beneficios en problemas digestivos comunes y no complicados, hay que tener claridad en que para todos los casos no aplican los tratamientos complementarios ni los de fármacos de obtención natural.
En el mismo sentido, es absolutamente valido y posible que los tratamientos con medicamentos de síntesis se puedan combinar con los medicamentos obtenidos a partir de especies vegetales para optimizar los resultados. Todo depende de cada caso en particular.
Nunca olvidar que la sintomatología de los problemas menores puede ser la misma que la que se presenta en los problemas complejos y generar confusiones. Un dolor abdominal puede ser producto de una indigestión o de un cáncer, por ejemplo. Por eso se insiste que en los diagnósticos y en los tratamientos se cuente siempre con la asesoría de un profesional de la salud.
En cualquiera de los casos, el mejor tratamiento viene desde la prevención. Tener una vida sana que incluya una buena alimentación y una adecuada actividad física, es muy importante. Debemos conocer nuestro cuerpo, saber cómo debemos cuidarlo y entender nuestros límites. Porque sin importar la edad ni el género, corremos fácilmente el riesgo de descompensar nuestro sistema digestivo y acarrearle problemas. Por esto es muy importante enseñar, desde la niñez, a llevar una vida sana, a crear hábitos saludables y a ser consientes de nuestra realidad. Sólo así se podrá hacer que más adelante los individuos posean estilos de vida que favorezca el bienestar y la buna salud. Concluyó el Director Científico y Médico de LABFARVE y Profesor Titular e Investigador de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, Óscar López.